Definición de inmótica
En la época de la Inteligencia Artificial, el Big Data y la gestión de la información para ser más eficientes y sostenibles siguen surgiendo innovaciones que hacen la vida más sencilla. Este es el caso de la inmótica.
La definición más sencilla de inmótica sería la de una superestructura que sirve para la automatización del inmueble gracias a la centralización de datos y su gestión. Dentro de esta red de automatización cabe la domótica sin importar el tamaño del inmueble.
¿Son la domótica e inmótica lo mismo?
La diferencia entre domótica e inmótica no es abismal. Podríamos decir que se parece o tienen una idea de fondo en común: la gestión inteligente. Sin embargo, la domótica (de la raíz latina domus, es decir, “casa”) se centra más en aspectos de la vivienda, o sea, en la gestión de aplicaciones inteligentes para una casa o piso.
La inmótica es un mecanismo más complejo para gestionar grandes y complejos sistemas gracias al uso de tecnología de vanguardia.
Algunos ejemplos de inmótica
Veamos con ejemplos la diferencia entre domótica en inmótica. Si pensamos en un hotel, podríamos ver cómo el cliente es capaz de controlar desde su habitación la iluminación, la climatización e incluso la apertura de las cortinas a una hora determinada sin moverse de la cama. Sin embargo, la inmótica va mucho más allá y permite controlar desde un solo dispositivo aspectos fundamentales de todo el edificio del hotel.
Gracias a la inmótica se puede controlar la climatización del edificio para lograr una mayor eficiencia y ahorro, la iluminación, el riego de los jardines, la apertura de toldos si los hay, los accesos, ascensores, etc.
En general, la inmótica es útil y ofrece muchas ventajas sobre todo para edificios de grandes dimensiones que necesitan una buena gestión sostenible de los recursos. Es el caso de hospitales, centros comerciales, estadios, edificios de administración, edificios de oficinas y más.
