Definición del contrato de reserva de una vivienda
Cuando estamos seguros de querer adquirir una vivienda en propiedad se puede ‘bloquear’ la venta de dos maneras muy parecidas que, sin embargo, presentan algunas diferencias. En síntesis, un contrato de reserva de una vivienda garantiza el derecho del comprador a adquirir el bien inmueble y obliga al propietario a venderlo, sin que medien terceras personas.
Normalmente, cuando se formaliza el contrato de reserva de una vivienda se entrega una parte (llamada ‘señal’) del monto total que luego será descontada en el momento de la compraventa.
Otro de los puntos clave que hay que tener en cuenta del contrato de reserva de una vivienda es que también se puede hacer mientras esta se encuentra en construcción. Es el vendedor quien queda entonces obligado a finalizar la obra siguiendo las correspondientes instrucciones técnicas.
¿Qué diferencia un contrato de reserva de vivienda de un contrato de arras?

Junto al contrato de reserva de una vivienda existe el llamado contrato de arras. A efectos prácticos son muy parecidos, sin embargo tienen algunas diferencias que conviene conocer.
El funcionamiento es el mismo: un contrato entre dos partes que obliga a las mismas a ejecutar la compraventa de un inmueble según las cláusulas estipuladas. A diferencia del contrato de reserva de vivienda, el de arras se puede rescindir. Es decir, en las cláusulas se acuerda también la entrega de una señal por parte del comprador que luego se descuenta del precio de la vivienda. En ese momento la parte vendedora está obligada a dar una cantidad de dinero (normalmente el doble) a la parte compradora si la primera se echa atrás.
El contrato reserva de una vivienda no se puede rescindir (a no ser que se incluya una cláusula a tal efecto) y, a diferencia del contrato de arras, no viene regulado en el Código Civil.