Cuando llega el otoño, tu jardín adquiere un color diferente y los tonos verdes empiezan a ser sustituidos por los ocres y marrones. Esta época del año es fundamental para que las especies que tienes plantadas crezcan sanas y fuertes en primavera, por lo que resulta clave que las proveas de los cuidados necesarios.
El momento perfecto para trasplantar
El otoño es la temporada ideal para realizar trasplantes de un lugar a otro o de una maceta pequeña a otra más grande. A la ventaja de que en otoño suele hacer buen tiempo todavía se añade que en esta época del año el ambiente está cargado de humedad. Esto colabora a que la planta o arbusto se adapte a su nueva ubicación sin el riesgo de que la tierra se seque.
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Cuando llega el otoño, el jardín se llena de hojas ocres
Más lluvias, menos riego
Puesto que en otoño comenzará la temporada de lluvias, es importante que recuerdes reducir la frecuencia tanto del riego manual como del automático. El agua llegará de manera natural a tu jardín y no tendrás que estar pendiente de proporcionársela artificialmente.
Pensando en el futuro
Aunque todavía queden muchos meses para que la primavera haga su aparición, es en otoño cuando debes plantar los bulbos que florecerán en el futuro –como, por ejemplo, narcisos y tulipanes–. Recuerda situarlos en lugares donde el frío no sea extremo para que no se congelen, y procura que la tierra a su alrededor siempre esté húmeda.
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Podar para sanear
Para que los setos y arbustos no se debiliten con la humedad, cuando llega el otoño se debe proceder a una última poda antes del invierno. Para que no se pudra ni congele conviene retirar todas las hojas que se acumulan sobre ellos o a su alrededor.